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Demasiado lejos
Dos almas tristes iban en el tren, agarrados de la mano y sonriendo de boca en boca.
La mujer, de manos delicadas, recorrió el cuerpo de su Romeo. Para ella significaba nada más ni nada menos que la única manera de tenerlo en mente hasta su próximo encuentro.
Él observaba aquél triste y frío paisaje, sin ser capaz de voltear la cabeza para poder observar a su dama. Romeo creía lo peor, que si la giraba, ella desaparecería, sin dejar rastro ni aroma, ni un beso ni ninguna sonrisa... Sin dejar nada.
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