Ciegos

Estoy ciega, podéis hablar de amor o podéis hablar de meteduras de pata. Estoy ciega de todo el amor que siento por cada una de mis cercanas personas, en especial por aquella en la que tanto pienso.
Pero... he metido la pata, hasta el fondo, y todo por estar ciega y haber tropezado en aquél hoyuelo de tristeza, y todo por no saber apreciar el mínimo detalle.
Y aunque digan que de los errores se aprende, tenía una libreta completa de tales escritos, y al final, mira por donde que la perdí. Así pues, he de empezar de cero.
He perdido tantos años quejándome de todo, que ahora un día sin llorar me parece pesado.

Pero aún así, soy feliz, me estoy dando cuenta ahora.

No me importa el dinero,
La ropa,
Los zapatos... 
Y un largo etcétera que todos aborrecimos decir.
Me importa tú sonrisa,
y la tuya,
y la mía,
y la nuestra.
Me importan todos tus buenos días,
y mucho más tus buenas noches,
porque así tengo un dulce sueño.
Me importa estar presente,
ponerme las gafas,
y si tropiezo,
caer en tus besos,
caer en tu mirada,
caer encima de ti...
caer en un largo etcétera que en cierto modo, todos pensamos.

Lo sabes tú...
            
   Lo se yo.                             

No estamos tan ciegos.                                               

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